"Bueno, al menos no perdemos por 50; ya se termina y nos vamos a poder ir", decía uno de los jugadores en el instante que Fede se sacó el hombro de lugar, sentándose en la tribuna con evidentes gestos de dolor luego de un cruce casual con un rival. La cita no es caprichosa, refleja el sentimiento embargante en el espíritu de quienes están poniendo lo mejor para sobrellevar este barco con rumbo incierto. Comenzó la ronda Permanencia, donde 9 equipos buscarán salvarse del descenso (desde la Federación no supieron decirme con certeza el destino de Paso del Rey, quien anoche cosechó puntos en su viaje a Banade), con jornadas que prometen ser ásperas (equipos con una primera fase mala sacaron los colmillos y vendieron cara su derrota en este arranque). El fixture indicó recibir al Gei, rival ideal para arrancar con una sonrisa, máxime teniendo en cuenta el plantel que prometía decir presente en estas 18 fechas definitorias; pero nuevamente un cóctel peligroso (desidias, desapegos, incomunicaciones) dio por resultado enfrentar a los vecinos de Ituzaingó con solamente 3 mayores y el resto juveniles y cadetes (8 en total, un despropósito por donde se lo mire). Entonces, por más que los presentes le pongan todo el ánimo, todo el positivismo con su presencia y aliento, el final estaba cantado de antemano, era insostenible un margen para la ilusión. Y la definición de uno de los chicos con la que se abrió esta crónica es el reflejo de cómo se encaró tan trascendental inicio de fase, pero es inconducente cargar las tintas hacia ellos, porque desde que empezó este 2010, ponen indefectiblemente la cara, junto a los escasos adultos que riegan las canchas con generosidad, aunque dolorosamente se percibe un hastío comprensible en alguno, ante tanta acefalía, tanta flaqueza de generosidad colectiva en quienes no están jugando.
Y es una pena, porque si uno repasa los nombres, Midland está en condiciones de disputar otras cosas, no la zona Campeonato, pero si encarar la zona 2 con cierto aire de suficiencia; ojalá me equivoque, pero me invade el sentimiento que la C no verá al Funebrero con el plantel íntegro; todos (dirigentes, cuerpo técnico e hinchas) guardábamos la esperanza de, una vez iniciada esta ronda, embargaría a los actores principales de esta historia el ánimo de tirar todos juntos del carro; de hecho, anoche hubo más gente de la habitual en las tribunas, entendiendo la importancia de lo inmediato. Y lo inmediato son tres meses donde decidimos que pretendemos para el año entrante; por lo visto ante el Gei, algunos pretenden retornar a la menor de las categorías. Porque si a la hora de entrenar con sus compañeros, o decir presente en la cancha para defender los colores de la camiseta, están frente a una PC, no queda mucho espacio para soñar poner en cancha un equipo competitivo, sin contar la palabra empeñada ante los esfuerzos de un dirigente que puso la cara ante la presidencia del club con el fin de brindarles la chance de jugar.
Midland perdió 57-77, una diferencia importante en vista de que los astros se combinen y presentemos a futuro un plantel en condiciones de obtener victorias con el fin de lograr una ubicación de play offs favorable; a todas luces, Gei es un rival directo por los puestos de abajo, así que eventualmente en un desempate la diferencia será vital. Posiblemente lamentaremos un inicio tan escuálido. Como si no bastasen el festival de malas noticias, Rush se lastimó, el hombro quedó fuera de lugar y posiblemente sea una baja más ante el próximo escollo, de visitante ante Unitarios de Marcos Paz, quien cayó por escasos 4 puntos en su visita a Lanús, donde el local Olimpo lo doblegó. Salvo (otra vez) un lapso fugaz donde estuvimos adelante en el tanteador (13-10), la respuesta fue un parcial de 9-0 para finalizar el primer cuarto (donde salimos a la cancha con Jonny, Lucas, Fede, Sergio y Diego) 13-19. A medida que transcurría el segundo, los presentes comentábamos el desperdicio de entregar ante tantas ausencias un partido que en condiciones normales, se ganaba sin discusión; porque con todo el respeto enorme que me infunde Carlos Bruschi, un quinteto inicial (gusto personal) con Lucas Romero, Gastón Bozzo, Leonardo Venezia, Adrián Carmagnola y Sergio López, sumados Andrés Vicente, Fede, Dieguito Molina, Jonhatan Gutierrez y dos más entre tantas opciones, Midland lo cocinaba a fuego lento. Pero claro, una cosa son los deseos y otra la realidad; y la cruel realidad nos cacheteó con las ausencias y el llamado de chicos que ni siquiera han entrenado un mes con la Primera. Final de tiempo, 10 abajo (27-37), los habituales bajos porcentajes en tiros (algo mejor en dobles, con un 50 por ciento que no ruboriza) y adentrarse a un inicio de segundo tiempo con el terror de ver una película ya presenciada demasiadas veces.
El tercer parcial finalizó 39-58, culpa del jugador más determinante de la visita, el pivot que entra desde el banco y desequilibra con un tiro respetable, sea de dos o tres. Específicamente, esta vez lo definió con 2 triples a falta de 25 segundos, cuando Midland a galope de un Ezequiel Lobo endiablado (cómo juega el Zeque...) arremetió en el tanteador hasta un 39-51 esperanzador para encarar los 10 finales con expectativas, pero esos dos triples consecutivos, mas un libre, sentenciaron la historia. El parcial final sirvió para ilusionarse, más que por virtudes propias, por estar ante un rival ganable, no todos vendrán a Libertad ofreciendo esa chance de triunfo; aunque justo es admitirlo, Gei potencia sus escasas virtudes y disimula con carácter sus deficiencias. Por esa razón, no dejó acercar al Fune a menos de 14 puntos, cuando el reloj aceleraba su camino al final. Final que llegó mansamente con los 20 puntos de distancia, y una derrota tomada ya definitivamente con la resignación traída desde el vamos, como tan bien lo reflejó ese jugador con el comentario del inicio.
El lunes asistí ansioso al entrenamiento, descontando la asistencia masiva para dar inicio a los vuelos de permanencia. Choqué con una realidad ajena a mis predicciones previas. ¿Será pasajero?; ¿Será una desoladora realidad constante? Finalmente, a medida que me consultaban sobre el título del comentario, desvié mis pensamientos hacia un lugar y una escena acaecida un par de meses atrás: Maestro, tenías razón lo que me comentabas cuando salimos de la radio aquel sábado a la noche y retornábamos a nuestros hogares en la camioneta de Néstor...
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