La Apocalipsis de Violeta

   Fue el corolario de un año lleno de absurdos, y por eso desde el título me lo tomo con humor, porque no pienso analizar ni mínimamente el partido que anoche jugamos ante Paso del Rey. Sencillamente, porque fue un simulacro, ni siquiera semejó un entrenamiento duro, porque en un entrenamiento la competencia es mayor. 

   A mi me parece que no hay necesidad de exponer a los pibes a tanto oprobio; es cierto que si no presentas plantel te multan, pero yo me quede pensando si la dignidad de nuestros chicos tiene precio; porque ahi están, derrumbados anímicamente, con la estima enterrada y trasladando sus frustraciones hacia donde de verdad solo deberian estar jugando, en la tira de inferiores. Basta leerlos, escucharlos, y sentirse los peores, justamente cuando se vienen dos jornadas cruciales donde no quieren cargar con el estigma de tres descensos consecutivos; ccuando un mes atrás tenían toda la energía para luchar por un ascenso al nivel 3; pero los chicos están desgastados, menguados. Es una real pena terminar el año así, con un equipo armado de apuro, llamando a alguno de ellos 45 minutos antes de jugar, bajándose del cotejo por la valedera razón de estar rindiendo finales en el colegio; lo que se presenció anoche fue una síntesis del precio pagado por la inexperiencia colectiva de todas las partes del club. Fue un cambalache, una masacre redondeada en un 103-37 pesadillesco; por eso, ni siquiera pienso poner los nombres de los 6 jugadores que pusieron la cara defendiendo nuestra camiseta, porque merecen mejores crónicas, porque seguramente a alguno de ellos el dolor en el que quedaron sumergidos les dure mucho tiempo, y en su mayoria son denmasiado chicos aún. Un infantil, dos cadetes, dos juveniles y un mayor dijeron presente, ante un local también con solo 6 jugadores, pero todos realmente de primera, y si le sumás que hace años juegan juntos, se ve como espectáculo una desigualdad obscena. No hay análisis posible cuando a los 4 minutos hay un 15-0 lapidario, y todos los presentes coincidieron tácitamente que los 36 minutos restantes estaban de más.

   No me gusta ver partidos así, no le sirvió ni al local, quien lucha denodadamente por zafar del descenso (hoy por hoy, debe jugar un repechaje con desventaja en la localía ante Unitarios); en el final, verlos consolar en silencio a nuestros pibes fue una síntesis de la decable en la que caímos. Muchísimos cambios deberán existir en 2011 si se pretende afrontar una competencia dignamente. Con todos estos chicos, los menos responsables del desastre, más adultos que deberán llevar el peso de las obligaciones emocionales; pongo sobre este comentario lo que ya he dicho en privado: deberán ceder varias partes, y poner por encima de las apetencias personales el bien de la institución, porque hoy asomamos como el cachivache de la Federación. Deberemos dejarnos de joder todos, ir a despedir el año ante Monte Grande el lunes (siempre y cuando no se postergue por el feriado nuevo decretado por el gobierno), aplaudir a nuestros pibes quienes dieron todo lo que pudieron, hasta donde pudieron aunque los resultados le dieron vuelta la cara groseramente. Y pensar seriamente que así no vamos hacia ningún lado.

   Una sola cosa es positiva: la certeza de un 2011 mejor, ya que peor no se puede estar. Por eso, todo lo que viene es alentador. Escaso o en abundancia, pero mejor. Hemos tocado fondo en todo, "la Apocalipsis" profetizada por Violeta nos volteó (nunca mejor usada esta palabra), y nos mandó al subsuelo. Ojalá aprendamos colectivamente y no tengamos jamás un año como este que ya se termina. Afortunadamente.