"Si el lunes no le ganamos a Bomberos, tenemos que salir del club uno por uno en fila", me confesò un jugador en la noche del mièrcoles despuès de la oprobiosa actuaciòn en Buchardo. Eran momentos de desazòn y tensiones porque el horizonte se habìa encapotado abruptamente, no sòlo por la derrota amplia en sì, sino principalmente por la actuaciòn fantasmal que regò sobre el gimnasio capitalino; de allì el comentario inicial, consciente de que si habìa mejora de manera inmediata, perder ante el peor equipo de la segunda fase entraba dentro de las posibilidades, y de acontecer, era un cataclismo en este equipo diseñado de antemano para otra cosa. Afortunadamente, Midland pudo exorcizar algunos demonios internos, hacer una limpieza espiritual y emocional, recordar tras 20 minutos flojos que el bàsquet es primordialmente un deporte de conjunto, y ubicar las cosas como corresponden en la realidad: vapuleò al equipo de La Matanza 78-54, marcò autènticas distancias, aunque con respecto a la clasificaciòn, el partido sòlo restaba , porque sumar no suma nada, ya que la visita està haciendo una campaña para el olvido y solo acumula derrotas, asì que ganar no era màs que lògica pura.
Este triunfo sirve para ajustar detalles con vista a lo que se viene, donde hay cuatro partidos, y de ellos, solo uno de local, y donde no hay opciòn de clasificaciòn si en esas tres visitas no se consigue al menos una victoria; asunto viable en otras circunstancias, pero brava tomando en cuenta que debemos ir a UAI y Echague, quienes en su casa son inexpugnables, por lo que el partido de mañana ante Talar asoma como el dia D del funebrero, un autèntico desembarco en Normandìa; ganàndole, solo bastarìa mantener la localia ante Talleres de Remedios de Escalada y Banco Provincia para entrar en el octogonal final. En cambio, si se cae... viene una quincena dura.
Anoche, Midland necesitò un tiempo para acomodarse; fue un primer tiempo donde si existiò paridad en el tanteador se debiò a los nervios mencionados al principio, porque las distancias tècnicas y fìsicas entre ambos equipos son abismales; Bomberos exhibiò un total desparpajo en los lanzamientos (algunos no tocaban aro ni tablero), y dos jugadores que anotaron 26 de los 31 puntos con los que se fueron al descanso perdiendo por la mìnima. El equipo de Caris presentò por ausencias (lesiones y otras yerbas) un quinteto inicial distinto a lo que venìa mostrando (Matìas, Adriàn, Cristian y los Gustavo), que arrancò con un 7-0 presagiando goleada prematura, pero Bomberos ajustò algunas marcas, y con un goleo parejito y mejorando la selecciòn de tiros, pudo emparejar el score, y pelearla tanto a tanto hasta el descanso largo.
En el vestuario, algo cambiò, porque la actitud a la hora de encarar el aro rival fue disìmil; no existiò apuros en las anotaciones, el balòn circulò como hacìa rato no se le veìa al equipo, quedò evidenciada otra contracciòn en aprovechar el error ajeno (20 balones recuperados en el total, un par de ellos propiciados por Ivàn, y de ese modo una forma de redenciòn para el pibe que en sus propias palabras, se flagelaba por no estar actuando a como estamos acostumbrado a verlo), la tranquilidad de esperar que un compañero quedase bien posicionado para el tiro, sea dentro de la llave o detràs de los 6,75 (a falta de Juan por lesiòn, Matìas dispuso de muchos minutos, y los aprovechò con la conversiòn de 5 triples), y lo que fue un primer tiempo 32-31 para Midland, el segundo mostrò un mas realista 46-23, y con ello, un guarismo que da tranquilidad, calma los nervios, y permitiò no desgastar emocionalmente al plantel, recordando la batalla que les espera en 48 horas.
Se celebra la victoria, pero no cambia en nada las perspectivas a mediano plazo. En todo caso, Midland deberà regalarse una victoria de las conmocionantes, de las que patean el tablero, y mueven el avispero, para recuperar la estima e insuflar nuevamente el respeto al resto. Hay plantel, se vio mejores semblantes, y ante Bomberos se recuperò la memoria a la hora de jugar en equipo. Entonces, habrà que encomendarse a que dicha memoria no se esfume ràpidamente para poner las cosas en su lugar.
Midland: Matìas Lòpez (19), Adriàn Quiroga (12), Cristian Guerra (17), Gustavo Viudez (13), Gustavo Araujo (4) (F.I.). Ivàn Ayala (7), Martìn Revello (6), Nahuel Pèrez (0), LUcas Quiroga (0). DT: Patricio Caris.
Parciales: 16-15, 32-31, 58-45, 78-54.
Este triunfo sirve para ajustar detalles con vista a lo que se viene, donde hay cuatro partidos, y de ellos, solo uno de local, y donde no hay opciòn de clasificaciòn si en esas tres visitas no se consigue al menos una victoria; asunto viable en otras circunstancias, pero brava tomando en cuenta que debemos ir a UAI y Echague, quienes en su casa son inexpugnables, por lo que el partido de mañana ante Talar asoma como el dia D del funebrero, un autèntico desembarco en Normandìa; ganàndole, solo bastarìa mantener la localia ante Talleres de Remedios de Escalada y Banco Provincia para entrar en el octogonal final. En cambio, si se cae... viene una quincena dura.
Anoche, Midland necesitò un tiempo para acomodarse; fue un primer tiempo donde si existiò paridad en el tanteador se debiò a los nervios mencionados al principio, porque las distancias tècnicas y fìsicas entre ambos equipos son abismales; Bomberos exhibiò un total desparpajo en los lanzamientos (algunos no tocaban aro ni tablero), y dos jugadores que anotaron 26 de los 31 puntos con los que se fueron al descanso perdiendo por la mìnima. El equipo de Caris presentò por ausencias (lesiones y otras yerbas) un quinteto inicial distinto a lo que venìa mostrando (Matìas, Adriàn, Cristian y los Gustavo), que arrancò con un 7-0 presagiando goleada prematura, pero Bomberos ajustò algunas marcas, y con un goleo parejito y mejorando la selecciòn de tiros, pudo emparejar el score, y pelearla tanto a tanto hasta el descanso largo.
En el vestuario, algo cambiò, porque la actitud a la hora de encarar el aro rival fue disìmil; no existiò apuros en las anotaciones, el balòn circulò como hacìa rato no se le veìa al equipo, quedò evidenciada otra contracciòn en aprovechar el error ajeno (20 balones recuperados en el total, un par de ellos propiciados por Ivàn, y de ese modo una forma de redenciòn para el pibe que en sus propias palabras, se flagelaba por no estar actuando a como estamos acostumbrado a verlo), la tranquilidad de esperar que un compañero quedase bien posicionado para el tiro, sea dentro de la llave o detràs de los 6,75 (a falta de Juan por lesiòn, Matìas dispuso de muchos minutos, y los aprovechò con la conversiòn de 5 triples), y lo que fue un primer tiempo 32-31 para Midland, el segundo mostrò un mas realista 46-23, y con ello, un guarismo que da tranquilidad, calma los nervios, y permitiò no desgastar emocionalmente al plantel, recordando la batalla que les espera en 48 horas.
Se celebra la victoria, pero no cambia en nada las perspectivas a mediano plazo. En todo caso, Midland deberà regalarse una victoria de las conmocionantes, de las que patean el tablero, y mueven el avispero, para recuperar la estima e insuflar nuevamente el respeto al resto. Hay plantel, se vio mejores semblantes, y ante Bomberos se recuperò la memoria a la hora de jugar en equipo. Entonces, habrà que encomendarse a que dicha memoria no se esfume ràpidamente para poner las cosas en su lugar.
Midland: Matìas Lòpez (19), Adriàn Quiroga (12), Cristian Guerra (17), Gustavo Viudez (13), Gustavo Araujo (4) (F.I.). Ivàn Ayala (7), Martìn Revello (6), Nahuel Pèrez (0), LUcas Quiroga (0). DT: Patricio Caris.
Parciales: 16-15, 32-31, 58-45, 78-54.
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