Midland arrancò el torneo ganando de visitante sobre un rival complicado, 51-50, sobre la chicharra misma de la finalizaciòn del cotejo. ¿Jugò bien? No. ¿Mereciò ganar? Y....que se yo... cuando iba al primer año del industrial en Mar del Plata hice todo lo que estaba a mi alcance para ganarme a la morocha de la otra divisiòn, pero al tiempo la vi de la mano con otro flaco que yo ni habìa registrado. Anoche Claridad se pareciò a aquella circunstancia lejana, haciendo todo el trabajo para merecer irse triunfante ante el funebrero, pero èste fue quien tomò de la mano a la chica llamada Victoria y volviò a Libertad con 2 puntos logrados en un reducto donde pocos podràn retirarse en similar situaciòn.
El final fue de pelìcula, y como tal, lo dejo para mas adelante. Fui a Ciudadela con las ansias de ver a este equipo con muchas caras nuevas y comprobar la mano de Patricio Caris en su segundo año al frente de la primera, ya responsable absoluto del armado del mismo, no solo en conformaciòn de plantilla sino en sistema de juego. Mucho de ello dejarìa constancia sobre el quinteto inicial que plasmarìa sobre el rectàngulo con las tribunas pràcticamente colmadas por un centenar de espectadores (cabe decir que un nùmero no menor pertenecìa a dos equipos de una liga zonal que terminado el cotejo afrontarìa el suyo, pero aùn asì, el local presentò importante cantidad de hinchas).
Midland saliò con Hernàn Adamoli en la base, Adriàn Quiroga de escolta, Cristian Guerra y Adriàn Carmagnola de aleros y Federico Piquìn como pivot. Un quinteto con traslado ràpido pero sin apuros a la hora de lanzar, llevados tambièn a eso por los tiempos impuestos desde el adversario, quien mostrò un cinco inicial interesante, con oficio y experiencia; y desde allì tras un parcial de 0-5, patentò un 12-0 que le dio no solo la obligaciòn a Pato de pedir minuto, sino una ventaja que ya no dejarìa hasta faltando escasos 14 segundos del final . Desde esa ventaja fue que trabajò inteligentemente el transcurrir de los minutos, aprovechando el bajìsimo porcentaje de lanzamientos visitante (inferior al 30%) y el no tener desde el lado de enfrente respuestas a ese andamiaje de Claridad. Un primer cuarto indicando un 17-13, con Adriàn Carmagnola como ùnica opciòn para contrarrestar el andamiaje rival; por contrapartida, su ahìnco lo llevò a cargarse ràpidamente de faltas, lo que determinò su salida prematura a la banca. Pero aquì apareciò un factor que serà constante a lo largo de la temporada: Midland tiene plantel largo, y si colectivamente no funciona, dispone de individualidades que toman la lanza y se cargan al hombro circunstancialmente el encuentro. Existieron lapsos donde determinados jugadores resultaron determinantes, y uno, al menos anoche, que terminò convirtièndose en la figura del funebrero: Cristian Bernardo, fundamental en el aro propio (12 rebotes defensivos) y el contrario (12 puntos). En un cotejo donde el ganador convirtiò 51 unidades, su guarismo implicò casi el 25% de las anotaciones. Pero claro, existieron otros compañeros que en ràfagas dejaron estelas de su sello; cuando la noche deportiva amenazaba con decir presente en Libertad, instantes donde Claridad se escapò a 11 puntos (28-17), un par de apariciones de Adamoli y Bernardo mantuvieron a raya el score, aunque siempre con el local delante, y no permitiendo atisbos de victoria a Midland. Asi, en ese tenor pasaron los dos cuartos siguientes (32-22, 42-34), y en el parcial decisivo entrò en acciòn Adriàn Quiroga con 6 puntos consecutivos, instalar a su equipo un doble abajo faltando 8:55, y entonces la incertidumbre se instalò en Claridad. Ya el pùblico no presenciaba el cotejo como un tràmite y empezò a mirar con ojos respetuosos al visitante; el entrenador local dejò en evidencia que su banca era inexistente en relaciòn al rival (un solo suplente marcò 4 puntos, en tanto la banca de Midland colaborò con 23 unidades), por lo que quemò las naves con el cinco inicial, entre ellos un alero de indudable categorìa protagonizando un duelo especial con Carmagnola, quien se vistiò de fajina y lo neutralizò, ya que en el primer tiempo habìa convertido 10 puntos, y en todo el segundo solamente 3.
Justamente Adriàn le sacò una falta a 14 segundos de concluir el match, ganando Claridad por 2 (50-48), y al convertir ambos libres, el tècnico anfitriòn solicitò minuto para pergeñar una jugada que le dejara triunfante en una noche donde todo lo realizado antes se habìa esfumado. Pensè que esa bola decisiva la tomarìa el base o el alero mencionado, pero ante mi sorpresa quedò en manos del jugador màs veterano quien sin sufrir ninguna marca asfixiante (por temor a cometer algùn foul decisivo) lanzò la bola que pegò en el tablero, rebote, entrega del balòn a Gastòn Pàjaro, quien recibe un foul por parte del base (buen jugador, por cierto), justo en el instante que suena la chicharra marcando la finalizaciòn de los 40 reglamentarios ante las protestas generalizadas de tècnico, jugadores y espectadores, quienes veìan la certeza de la derrota en un cotejo donde esa posibilidad estuvo alejada en gran parte.
Y allì el final de pelìcula, con el tablero indicando 0 segundos y Gastòn con tres lanzamientos libres, donde embocando solo uno, el triunfo quedaba decretado. Silbatina ensordecedora, y primer lanzamiento afuera. Nervios de ambos lados, y el segundo que tambièn queda corto, y entonces toda la desesperaciòn trasladada al banco visitante, con un Pato ampuloso rogàndole a todos los dioses y vìrgenes que bendijeran la mano de su jugador para meter el tercer y ùltimo libre, porque de errar los 3 e ir a un alargue, con semejante mazazo anìmico, nadie dudarìa que los puntos se quedaban en casa. Y Gastòn lanza esa pelota, ingresa limpia, y todos los jugadores se funden en un abrazo en el medio de la cancha que solamente lo habìa vivido personalmente en aquella inolvidable jornada de Burzaco, descargando las tensiones de ese minuto tremendo, con el plus de una victoria que lo pone en buena posiciòn ante una clasificaciòn que serà mas difìcil que en 2012, ya que el sistema de disputa es muy similar al del 2009, año donde se ascendiò; esto es, tres clasificados por zona, un dodecagonal todos contra todos con cuatro ascensos y repesca entre el resto por los dos restantes. Anoche compartì tribuna con el entrenador del GEI, quien fue a ver a sus rivales pròximos, y me contaba del potencial de Palomar, con la base del año pasado (donde quedò eliminado en instancias de cuartos en play offs) sumado a un pivot determinante. O sea, en el oeste hay agite, con un Claridad que viene de la C, Palomar, Midland y el propio GEI que siempre es hueso duro de roer indican una etapa donde cada cotejo serà trascendental. Por ello, se entendiò ese racimo humano en el medio de la cancha, al que vi de cerca cuando me dirigì a mesa de control para recabar informaciòn; y al pasar por al lado, vi los ojos de Gastòn enrojecidos. Si mi percepciòn fue acertada, entendì las razones...
Triunfo valioso de un Midland que tendrà ahora varios dìas (juega el 8 de mayo en casa ante Nolting) para seguir aceitando el funcionamiento colectivo; por lo pronto muestra una idea interesante, con apariciones valiosas (Adamoli y sobre todo Bernardo), un Quiroga màs sabio que el año pasado, asentado en su funciòn de soporte de sus compañeros, un Carmagnola batallador y exquisito en partes iguales y el resto acompañando con altas y bajas, pero que seguramente con el transcurrir de las jornadas tendràn su noche protagònica. Optimismo mesurado, pero con bases sòlidas para soñar.
PD. Cuando se retiraban del club, estaba saliendo al aire desde un telèfono en el programa de radio y lo veo a Leandro Portillo, quien dijo presente tras culminar su temporada en Independiente de Tandil por el Torneo Federal, por lo que le pedì si por favor podìamos charlar un ratito en vivo, a lo que gentilmente accediò. En la misma, dijo entre otras cosas que se debe a su rol de jugador profesional, pero cuando vio las ganas de sus amigos y compañeros del club, le transpiraban las manos por el deseo de estar allì dentro y que si bien su cuerpo necesita descanso para encarar una nueva temporada en niveles màs altos, no se imagina corriendo solo en una plaza y sì tal vez defendiendo una vez màs , los colores funebreros, los que lleva en el corazòn. Cuando lo vi saltando en el medio de la piràmide humana tras el libre convertido, no me costò imaginarlo en pocas fechas en el cinco inicial...
Hernàn Adamoli (10), Adriàn Quiroga (8), Adriàn Carmagnola (7), Cristian Guerra (4), Federico Piquin (3) F.I. Cristian Bernardo (12), Lautaro Quiroga (0), Gastòn Pàjaro (2), Juan Rosa (3), Martìn Augusto (1), Sergio Piquìn (2), Nahuel Pèrez (0). DT: Patricio Caris.
Parciales: 17-13, 32-22, 42-34, 51-50
El final fue de pelìcula, y como tal, lo dejo para mas adelante. Fui a Ciudadela con las ansias de ver a este equipo con muchas caras nuevas y comprobar la mano de Patricio Caris en su segundo año al frente de la primera, ya responsable absoluto del armado del mismo, no solo en conformaciòn de plantilla sino en sistema de juego. Mucho de ello dejarìa constancia sobre el quinteto inicial que plasmarìa sobre el rectàngulo con las tribunas pràcticamente colmadas por un centenar de espectadores (cabe decir que un nùmero no menor pertenecìa a dos equipos de una liga zonal que terminado el cotejo afrontarìa el suyo, pero aùn asì, el local presentò importante cantidad de hinchas).
Midland saliò con Hernàn Adamoli en la base, Adriàn Quiroga de escolta, Cristian Guerra y Adriàn Carmagnola de aleros y Federico Piquìn como pivot. Un quinteto con traslado ràpido pero sin apuros a la hora de lanzar, llevados tambièn a eso por los tiempos impuestos desde el adversario, quien mostrò un cinco inicial interesante, con oficio y experiencia; y desde allì tras un parcial de 0-5, patentò un 12-0 que le dio no solo la obligaciòn a Pato de pedir minuto, sino una ventaja que ya no dejarìa hasta faltando escasos 14 segundos del final . Desde esa ventaja fue que trabajò inteligentemente el transcurrir de los minutos, aprovechando el bajìsimo porcentaje de lanzamientos visitante (inferior al 30%) y el no tener desde el lado de enfrente respuestas a ese andamiaje de Claridad. Un primer cuarto indicando un 17-13, con Adriàn Carmagnola como ùnica opciòn para contrarrestar el andamiaje rival; por contrapartida, su ahìnco lo llevò a cargarse ràpidamente de faltas, lo que determinò su salida prematura a la banca. Pero aquì apareciò un factor que serà constante a lo largo de la temporada: Midland tiene plantel largo, y si colectivamente no funciona, dispone de individualidades que toman la lanza y se cargan al hombro circunstancialmente el encuentro. Existieron lapsos donde determinados jugadores resultaron determinantes, y uno, al menos anoche, que terminò convirtièndose en la figura del funebrero: Cristian Bernardo, fundamental en el aro propio (12 rebotes defensivos) y el contrario (12 puntos). En un cotejo donde el ganador convirtiò 51 unidades, su guarismo implicò casi el 25% de las anotaciones. Pero claro, existieron otros compañeros que en ràfagas dejaron estelas de su sello; cuando la noche deportiva amenazaba con decir presente en Libertad, instantes donde Claridad se escapò a 11 puntos (28-17), un par de apariciones de Adamoli y Bernardo mantuvieron a raya el score, aunque siempre con el local delante, y no permitiendo atisbos de victoria a Midland. Asi, en ese tenor pasaron los dos cuartos siguientes (32-22, 42-34), y en el parcial decisivo entrò en acciòn Adriàn Quiroga con 6 puntos consecutivos, instalar a su equipo un doble abajo faltando 8:55, y entonces la incertidumbre se instalò en Claridad. Ya el pùblico no presenciaba el cotejo como un tràmite y empezò a mirar con ojos respetuosos al visitante; el entrenador local dejò en evidencia que su banca era inexistente en relaciòn al rival (un solo suplente marcò 4 puntos, en tanto la banca de Midland colaborò con 23 unidades), por lo que quemò las naves con el cinco inicial, entre ellos un alero de indudable categorìa protagonizando un duelo especial con Carmagnola, quien se vistiò de fajina y lo neutralizò, ya que en el primer tiempo habìa convertido 10 puntos, y en todo el segundo solamente 3.
Justamente Adriàn le sacò una falta a 14 segundos de concluir el match, ganando Claridad por 2 (50-48), y al convertir ambos libres, el tècnico anfitriòn solicitò minuto para pergeñar una jugada que le dejara triunfante en una noche donde todo lo realizado antes se habìa esfumado. Pensè que esa bola decisiva la tomarìa el base o el alero mencionado, pero ante mi sorpresa quedò en manos del jugador màs veterano quien sin sufrir ninguna marca asfixiante (por temor a cometer algùn foul decisivo) lanzò la bola que pegò en el tablero, rebote, entrega del balòn a Gastòn Pàjaro, quien recibe un foul por parte del base (buen jugador, por cierto), justo en el instante que suena la chicharra marcando la finalizaciòn de los 40 reglamentarios ante las protestas generalizadas de tècnico, jugadores y espectadores, quienes veìan la certeza de la derrota en un cotejo donde esa posibilidad estuvo alejada en gran parte.
Y allì el final de pelìcula, con el tablero indicando 0 segundos y Gastòn con tres lanzamientos libres, donde embocando solo uno, el triunfo quedaba decretado. Silbatina ensordecedora, y primer lanzamiento afuera. Nervios de ambos lados, y el segundo que tambièn queda corto, y entonces toda la desesperaciòn trasladada al banco visitante, con un Pato ampuloso rogàndole a todos los dioses y vìrgenes que bendijeran la mano de su jugador para meter el tercer y ùltimo libre, porque de errar los 3 e ir a un alargue, con semejante mazazo anìmico, nadie dudarìa que los puntos se quedaban en casa. Y Gastòn lanza esa pelota, ingresa limpia, y todos los jugadores se funden en un abrazo en el medio de la cancha que solamente lo habìa vivido personalmente en aquella inolvidable jornada de Burzaco, descargando las tensiones de ese minuto tremendo, con el plus de una victoria que lo pone en buena posiciòn ante una clasificaciòn que serà mas difìcil que en 2012, ya que el sistema de disputa es muy similar al del 2009, año donde se ascendiò; esto es, tres clasificados por zona, un dodecagonal todos contra todos con cuatro ascensos y repesca entre el resto por los dos restantes. Anoche compartì tribuna con el entrenador del GEI, quien fue a ver a sus rivales pròximos, y me contaba del potencial de Palomar, con la base del año pasado (donde quedò eliminado en instancias de cuartos en play offs) sumado a un pivot determinante. O sea, en el oeste hay agite, con un Claridad que viene de la C, Palomar, Midland y el propio GEI que siempre es hueso duro de roer indican una etapa donde cada cotejo serà trascendental. Por ello, se entendiò ese racimo humano en el medio de la cancha, al que vi de cerca cuando me dirigì a mesa de control para recabar informaciòn; y al pasar por al lado, vi los ojos de Gastòn enrojecidos. Si mi percepciòn fue acertada, entendì las razones...
Triunfo valioso de un Midland que tendrà ahora varios dìas (juega el 8 de mayo en casa ante Nolting) para seguir aceitando el funcionamiento colectivo; por lo pronto muestra una idea interesante, con apariciones valiosas (Adamoli y sobre todo Bernardo), un Quiroga màs sabio que el año pasado, asentado en su funciòn de soporte de sus compañeros, un Carmagnola batallador y exquisito en partes iguales y el resto acompañando con altas y bajas, pero que seguramente con el transcurrir de las jornadas tendràn su noche protagònica. Optimismo mesurado, pero con bases sòlidas para soñar.
PD. Cuando se retiraban del club, estaba saliendo al aire desde un telèfono en el programa de radio y lo veo a Leandro Portillo, quien dijo presente tras culminar su temporada en Independiente de Tandil por el Torneo Federal, por lo que le pedì si por favor podìamos charlar un ratito en vivo, a lo que gentilmente accediò. En la misma, dijo entre otras cosas que se debe a su rol de jugador profesional, pero cuando vio las ganas de sus amigos y compañeros del club, le transpiraban las manos por el deseo de estar allì dentro y que si bien su cuerpo necesita descanso para encarar una nueva temporada en niveles màs altos, no se imagina corriendo solo en una plaza y sì tal vez defendiendo una vez màs , los colores funebreros, los que lleva en el corazòn. Cuando lo vi saltando en el medio de la piràmide humana tras el libre convertido, no me costò imaginarlo en pocas fechas en el cinco inicial...
Hernàn Adamoli (10), Adriàn Quiroga (8), Adriàn Carmagnola (7), Cristian Guerra (4), Federico Piquin (3) F.I. Cristian Bernardo (12), Lautaro Quiroga (0), Gastòn Pàjaro (2), Juan Rosa (3), Martìn Augusto (1), Sergio Piquìn (2), Nahuel Pèrez (0). DT: Patricio Caris.
Parciales: 17-13, 32-22, 42-34, 51-50
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