Dos al hilo

16 de mayo de 2013
   Noche brava para ver bàsquet en Libertad. El frìo galopante ahuyentò a la fiel hinchada, y solo 30 personas presenciaron un nuevo triunfo, el segundo en apenas 48 horas (lo que pasò el lunes lo dejo para el final); en esta ocasiòn, la vìctima de turno fue Centro Español, con quien se tuvo cierto encono en un mini amistoso previo a la competencia, abortado por decisiòn de su entrenador cuando considerò que los jugadores de Midland tenìan "con mala leche". Ahora, por los porotos, quedò evidenciado que aquella noche en Haedo ya iba mostrando lo que ambos presentarìan màs adelante: uno, Midland, jugando para aspirar a cosas mayores (si se logra o no es otro tema), y otro con el simple objetivo de ser partenaire de la mayorìa, aùn cuando dispone de un plantel interesante. El 83-62 final lo dejò en claro.
   El Funebrero lo liquidò mentalmente desde el inicio mismo, cuando pergeñò un parcial de 9-2 apenas transcurridos 76 segundos y ya nada fue parejo; si no sacò distancias mayores en el score radicò principalmente en esta propuesta interesante de Patricio Caris (asfixiar al rival en toda la cancha, obligàndole a cometer errores y liquidarlo fìsicamente) que va tomando forma, y en ese experimento a prueba y error se pierden muchos balones (24 en total). Eso si, mejor hacerlo ahora, en una fase donde la clasificaciòn salvo imponderables es un hecho; el plantel va acomodàndose, conocièndose; hacia un buen rato que no veìa un Midland con tanta traslaciòn en los pases, buscando siempre al compañero mejor posicionado, con tan buen criterio para seleccionar el tiro final. Los porcentajes son un dato menor en mayo: se vislumbra un equipo temible si va forjàndose esta idea; se sufriò en la temporada anterior ante rivales que corrìan, presionaban y ademàs, goleaban. A este platenl le podrà suceder alguna noche aciaga, pero no serà costumbre, porque hay material humano donde plasmar en cualquier cancha y ante cualquier adversario una idea que impondrà condiciones favorables a los que defienden la camiseta de Libertad; Pato es consciente de eso ("es lògico que se pierdan tantos balones cuando es el segundo partido que instalo este sistema, pero miro a los muchachos y cuando veo lo que tengo, me animo", me dijo cuando finalizò el cotejo desigual, que no mostrò un resultado màs abultado por esas pèrdidas que le permitiò a Centro Español mantener un decoro e ilusiòn aunque promediando el tercer parcial quedò demolido ante tanta asfixia y presiòn. Aceitado en su funcionamiento y fiel a la idea del entrenador, este equipo promete mucho.
   Se ve la mano del banco: Juan Rosa ya no està atado a la base, y en los minutos que le toca estar en el rectàngulo, se vuelca màs hacia las lìneas, para poder usufructuar su arma en los lanzamientos externos; Adriàn Quiroga es el cerebro que marca la pausa ante tanta revulsiòn, Cristian Bernardo es el sexto hombre  dando respiro a la conducciòn de Hernàn Adamoli, y junto a Matìas Lòpez son los encargados de transportar el balòn y buscar a compañeros mejor posicionados. Desde allì, se ayuda a quien estè inspirado para marcar la diferencia en la red. Contra Claridad fue Bernardo, contra Nolting, Carmagnola y anoche, ademàs del propio Adriàn, Sergio Piquìn, ofrendando su mejor producciòn desde que llegò de Casa de Padua. El resto, muy parejos, apareciendo lo necesario sin  desbalanceo y cada uno cumpliendo el libreto previamente asignado. Bàsicamente, se empieza a ver desde la tribuna un equipo realmente serio, quizàs hablador en demasìa cuando la ocasiòn no lo amerita, con el peligro de desbordarse emocionalmente y eso ante rivales mas complicados puede conllevar ciertos dolores de cabezas innecesarios. Anoche el guarismo pudo y debiò ser mayor; si la distancia no rondò los 30 o 40 puntos fue por lo explayado lìneas arriba, pero dentro de la cancha, a los ojos presentes, la sensaciòn tèrmica fue esa; jamàs se dudò de la victoria de los muchachos locales.
   Un Adriàn Carmagnola letal, con un salto prodigioso, con una autoestima elevadìsima y el deseo que este inmenso presente lo traslade la mayor parte de la competencia, especialmente en aquellos meses decisivos. Con un alero en ese nivel, cualquier equipo puede aspirar a objetivos mayores. Jugò un primer cuarto fantàstico, con 13 puntos y 4 rebotes. Junto a èl, Hernàn Adamoli, Adriàn Quiroga, Cristian Guerra (aùn distante de quien finalizò la temporada pasada en buena forma) y Agustìn Di Domènico. Y esa marca a presiòn en toda la cancha, esos nervios en la banca visitante por ver venir una goleada oprobiosa, un 21-10 tras una falta tècnica al entrenador de Centro Español evidenciando frustraciòn y desde allì, esperar un show local. Pero... 8 pèrdidas en solo 10 minutos, la mayorìa por exceso de adrenalina en el traslado permitiò a los visitantes decorar el resultado con un 24-16.
   Un segundo cuarto con muchas rotaciones en el funebrero y fallidos traslados fueron motivo de una distancia jamàs decisiva; y la emergente prestancia de Sergio, dejando en claro un protagonismo inusual en los cotejos anteriores. Aùn asì, una buena tarea del alero Olivera en la visita mantuvo el tanteador cerca, pero de ningùn modo peligrosa en una eventual derrota local. 44-35, y el inicio del segundo tiempo, donde se liquidò todo; porque Midland siguiò corriendo a su rival y èste no hallò respuestas a ello; y cuando quiso implementar el mismo sistema, en el golpe a golpe, lo noquearon con un parcial de 21 a 10, las dos decenas de diferencia y entonces sì, resignarse ante un rival superior. Midland hoy lo es.
   El cuarto final estuvo de màs, el tanteador fue el màs bajo de los cuatro, y todos los presentes (jugadores, tècnicos, planilleras, jueces y pùblico), solo querìamos que todo finalizara pronto para regresar a los hogares y tomar algo caliente. 83-62, cuarta victoria al hilo en igual cantidad de presentaciones y el mejor ànimo ante la proximidad del partido ante Palomar. Buen triunfo, sensaciòn de invulnerabilidad en casa (al menos, en esta fase), y un ladrillo màs de una pared donde aùn queda mucho por construir. Hay herramientas, material, ganas y compromiso.

PD: El lunes estaba Pato en el gimnasio esperando a sus jugadores con el fin  de que a las 22 comenzara un nuevo entrenamiento. En  esa espera, ve ingresar a un juez conocido por èl y ante la sopresa de verlo vestido como tal, le pregunta la razòn, y allì se entera de que la federaciòn habìa dispuesto que se disputara el cotejo reprogramado ante Los Indios B de la primera fecha, cuando el equipo de Moreno no pudo presentarse y pidiò la postergaciòn, a la que Midland accediò. Desde la nada misma, porque nadie informò previamente, apareciò Los Indios con sus 6 jugadores, desoyendo el pedido local de postergarlo, en una clara muestra de desagradecimiento y descortesìa, ante lo cual hubo que reclutar a los jugadores de apuro, rogàndole que viniesen enseguida, porque encima el entrenador visitante tuvo el tupè de decirle a los àrbitros que si 21.45 no estaba, Midland perdìa los puntos. Un absoluto despropòsito, pero arreglado como correspondìa: se le jugò como a Centro Español, pero ante la ausencia de suplentes, los destrozaron fìsicamente y eso se reflejò en un 104-64 elocuente. Y ante el pedido del entrenador visitante a Caris ("no me pongas a Portillo, que solo somos 6"...), la respuesta fue la imaginada: solo 7 personas disfrutaron de ver a Leandro con  la camiseta que lo vio nacer.

Midland: Hernàn Adamoli: 8), Adriàn Quiroga (4), Adriàn Carmagnola (22), Cristian Guerra (3), Agustìn Di Domènica (6) F.I. Cristian Bernardo (10), Sergio Piquin (18), Federico Piquin (3), Juan Rosa (0), Matìas Lòpez (0), Nahuel Pèrez (3), Gastòn Pàjaro (3). DT: Patricio Caris.

Parciales: 24-16, 44-35, 71-53, 83-62

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