Laboratorio fallido

23 de mayo de 2013
   La verdad, no entendì lo que vi anoche. Me permito disentir con los que hablè tras la derrota contra Palomar 66-58. No me doliò esa caìda, porque si hay un rival con el que hoy podès perder es Palomar en su casa. Puedo mirar el vaso medio lleno: si se pierden 21 balones y en triples metès un 2-12 (con la salvedad que uno de ellos fue esa bomba astronòmica de Leandro desde su llave), perder por 8 no es mal negocio. Lo que no entendì fue bajar las banderas de antemano, sobredimensionar un rival muy bueno, muy respetable, pero para nada invencible, menos aùn con las herramientas con las que cuenta Midland este año. Valorable por donde se lo mire el sistema de juego planteado ante Los Indios B y Centro Español, pero desconcertante renunciar a ello como se renunciò anoche. Entiendo los argumentos del entrenador (las ausencias, principalmente la de Federico Piquin, quien segùn sus compañeros ordena y habla en defensa), pero recièn comienza el torneo, van solo 5 fechas, y a esta altura no pesa tanto caer por 20 o 30 si creer que correr los 40 minutos antes un equipo velocìsimo te manda al muere. De todos modos, cuando en cancha ponès a Portillo, Carmagnola, Piquin, Quiroga y Adamoli, no podès tener miedo de correr en ningùn lado; hay jugadores curtidos en jugar asì, y no se les ve en sus rostros que Palomar los pueda asustar. Y el debe màs grande dejado por el Funebrero anoche es esa: instalò una imagen de entrega inmediata, captada por el entrenador local enseguida y aprovechàndose de ello, plasmò un primer cuarto perfecto, estableciendo un 22-10  decisivo. 
   La desazòn  primò a la salida, porque quedò sabor a poco, a no instalarse nunca en el juego, a no proponer como hasta ahora venìa haciendo; y me consta de la comodidad de los jugadores con la idea inicial de ir a buscar al rival desde la primer bola, de comerle el hìgado, de maniatarlos y destrozarlos fìsicamente. Cuando tenès un plantel con hambre, con jugadores acostumbrados a niveles superiores, someterse a un respeto excesivo los saca de foco, y eso se notò demasiado. Este equipo quiere ser protagonista de verdad, y ojalà ante Palomar el experimento fallido haya servido de lecciòn para no repetirlo.
   Otro tema es saber aprovechar los momentos de abundancia. El dolor inmenso de la temporada pasada, cuando se jugò una primera etapa de ensueño (19-1), y luego la debacle (en realidad, se jugò una fase aceptable ante rivales de otro nivel con un 7-7, perdiendo el cuarto puesto por gol average, pero el nùmero inicial hizo ver todo màs oscuro), hace mostrar cautelas innecesarias. Primeramente, este plantel no tiene nada que ver con el otro, hay mucha màs juventud, hay jugadores que no pasaron esa experiencia lacerante, y por sobre todo, hay un compromiso mancomunado entre los de antes y los nuevos de lograr un ascenso impostergable. Entonces, si la presencia de Leandro en 2012 y su posterior compromiso profesional en Tandil dejò expuesta una orfandad mayùscula, no implica que tener en cancha a ese jugador inmenso lo obligue a mostrarse como un partenaire de quienes quedaràn hasta noviembre. No es justo, porque el tipo desoye  consejos de amigos y maestros que le sugirieron descansar y a la vez rechaza ofertas de dinero para estar con sus amigos de toda la vida y ponerse la camiseta que ama (el tècnico rival se deshizo de elogios hacia esa actitud, minutos antes del inicio). Entonces, todos deben entender que su presencia solo suma y  pocos equipos en la divisional pueden darse el lujo de contar con un jugador asi; por eso, parte del asentamiento grupal a futuro es aprovechar su prestancia y dejar que en momentos decisivos, sea èl quien vuelque la balanza a favor de Midland. Sin ir màs lejos, el año pasado, en la misma cancha de anoche, Palomar mereciò ganar, jugò mejor, pero Leandro quiso que la victoria fuese para Libertad y tomò las jugadas finales. Anoche, tras un acuerdo tàcito en la semana, se vio que esas decisiones son repartidas, aun con los riesgos de perder. Y se perdiò.
   Cuando hago algunos viajes de larga distancia, me gusta llevar revistas diversas, entre ellas algunas Patoruzu e Isidoro Cañones, las que leo desde chico, hace muchos años ya. Justamente, el padrino del cacique es un ejemplo de despilfarro, aprovechando los momentos abundantes para disfrutarlos con sus amigos, y una vez con los bolsillo flacos, acudir a su tìo para subsistir. Yo quiero estos dos o tres meses de abundancia en Midland, estar de fiesta, salir con el pecho inflado de las canchas visitantes viendo la supremacìa funebrera, y una vez que la guita se acabe (de todos modos, deben entender desde el seno propio del grupo es que no hay escasez, sino un gran equipo), nos quedamos con el recuerdo de las satisfacciones recientes. Pero apelar a la mala experiencia del 2012 no es bueno, se parece mucho a no poder disfrutar de una nueva relaciòn sentimental porque la separaciòn te impide constantemente disfrutar de lo que ahora tenès.
   Una derrota que no cambia mucho el objetivo de la clasificaciòn (los 3 primeros pasan, y ya se cortaron Palomar, Midland y Gei), pero ojalà deje las enseñanzas de que si hay que morir, que se muera con las botas puestas. 


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