Se ganò, y eso es lo importante. Sin brillo, sufriendo, todo lo que quieran, pero el triunfo viajò a Libertad, y en esta instancia, donde ya nadie golea (Palomar estuvo a punto de caer en Haedo ante Centro Español), la victoria tiene un sabor enorme, tomando en cuenta que la semana entrante llegan los otros dos pesos pesados de la zona a casa, y todo està en manos de Midland: si gana los dos, se queda con el 1, si pierde los dos, queda afuera. Ese libre de Leandro tirado adrede afuera para no dejarle a Moron la opciòn del lanzamiento pòstumo, trajo mucho alivio en un plantel con cicatrices internas, tantas, que algunos jugadores aparecieron recièn ayer desde aquella caìda dolorosa ante Claridad. para ello, fue fundamental el trabajo que efectuò Adriàn Quiroga, quien se calzò las pilchas de Dt ante la ausencia forzosa de Patricio, y mostrando inmediatamente olfato para saber donde estaba el problema, se encargò personalmente de comunicarse con ciertos jugadores, invitàndolos para ser parte del plantel, aùn sin haber pisado el gimnasio en 15 dìas. Primer punto favorable para Chocho: mostrò su rol de lìder, y bienvenido sea ese aspecto, para que Midland nuevamente presente una plantilla poderosa (de aquel partido, solo faltaron Nahuel Pèrez y Federico Piquìn, aunque este ùltimo dijo presente en la banca). Sabìa perfectamente Adriàn las razones de algunos enojos y alejamientos temporales,de alli que supo administrar sabiamente los tiempos de relevos, y las razones de los cambios en el cotejo: nadie se fue al banco luego de algùn error, y ello se trasladò al ànimo colectivo: se vieron rostros relajados, distendidos, sonrientes, aùn cuando el score indicaba incertidumbre, proque todos se sintieron importantes; las lecturas, quedan a criterio de quien quiera. La realidad es que todo lo que Quiroga protesta cuando està con la camiseta de jugador, anoche mutò en una serenidad positiva, sin gestos ampulosos o innecesarios (la diferencia con el entrenador de Moròn fue notable y notoria). Y allì radicò una clave para ganar un cotejo que se hizo chivo màs por errores propios que virtudes ajenas, ya que las distancias fìsicas, tècnicas y colectivas entre ambos planteles es abismal.
Midland adoleciò de un engranaje aceitado, y era normal eso, debido a la falta de entrenamiento entre todos durante dos semanas, por eso, ciertas pèrdidas (15 en todo el partido) se entendieron; y vino bien el receso de la semana pasada, porque en las condiciones emocionales de algunos jugadores (hablè con 5 de ellos), haber enfrentado a Palomar el mièrcoles pasado pudo haber sido letal desde los nùmeros. A pesar de los desacoples colectivos, la otra virtud del tècnico interino fue no poner la espada de Damocles a ciertos jugadores, que ante el primer error sabìan que iban a la banca y no regresaban màs; ello se tradujo en la tranquilidad de seleccionar lanzamientos y buscar pases sin apresuramientos. Un aporte màs para ese ànimo colectivo màs distendido.
Que hay recelos en el grupo, es innegable, pero eso sucede en todos lados; lo que prima de modo positivo es el deseo unànime de poner este barco lo màs alto posible, cada uno desde su lugar: si Leandro Portillo es el distinto, el diferente y el jugador mas valioso, Adriàn Carmagnola es definitivamente el alma y corazònde este conjunto, la mèdula donde se sostienen las reservas anìmicas para capear los temporales durante los partidos. Si Agustìn Di Domènico es quien se viste con la ropa de obrero (es uno de los que màs juega, pero justifica ese tiempo con mucha entrega y bajando rebotes vitales; los dos ùltimos, cuando parecìa que se avecinaba la noche en el tanteador, trajo tranquilidad y el reaseguro del triunfo), Sergio Piquin deja la sensaciòn que serà el que se vista de etiqueta en instancias decisivas, durante la segunda mitad del año. El resto, con vaivenes, son el complemento de los mencionados, al menos hasta el momento; se verà en toda la segunda fase y play offs quienes tomaràn protagonismo pleno y si los otros mantendràn su nivel actual. Por ahora, con esto, alcanza para estar en la cùspide de la clasificaciòn.
Que vendrà en el futuro inmediato, no se sabe, fue bueno ver al grupo unido, no decayendo cuando las cosas no salìan; en un año largo, si sucedieron situaciones incòmodas, mejor fue en este tiempo donde los rivales aùn no son tan exigentes; se tiene todo el tiempo para reencauzar los ànimos, devolver las estimas perdidas en algunos, y complementar las voluntades para reinstalarse como equipo temible. No en vano tècnicos rivales me han preguntado por Midland.
Se ganò, apenas por un doble, pero victoria al fin 54-52. Y lo que se viene, lo saben ellos solos. O quizàs otros lo saben, pero en momentos con susceptibilidades a flor de piel, quizàs es mejor dejar en stand by los offs de records.
Midland: Hernàn Adamoli (6), Juan Rosa (0), Sergio Piquin (12), Adrian Carmagnola (15), Agustin Di Domenico (4) F.I. Matias Lopez (0), Cristian Bernardo (0), Leandro Portillo (9), Gastòn Pàjaro (5), Cristian Guerra (1) DT: Adrian Quiroga
Parciales: 13-11, 21-27, 35-42, 52-54
Midland adoleciò de un engranaje aceitado, y era normal eso, debido a la falta de entrenamiento entre todos durante dos semanas, por eso, ciertas pèrdidas (15 en todo el partido) se entendieron; y vino bien el receso de la semana pasada, porque en las condiciones emocionales de algunos jugadores (hablè con 5 de ellos), haber enfrentado a Palomar el mièrcoles pasado pudo haber sido letal desde los nùmeros. A pesar de los desacoples colectivos, la otra virtud del tècnico interino fue no poner la espada de Damocles a ciertos jugadores, que ante el primer error sabìan que iban a la banca y no regresaban màs; ello se tradujo en la tranquilidad de seleccionar lanzamientos y buscar pases sin apresuramientos. Un aporte màs para ese ànimo colectivo màs distendido.
Que hay recelos en el grupo, es innegable, pero eso sucede en todos lados; lo que prima de modo positivo es el deseo unànime de poner este barco lo màs alto posible, cada uno desde su lugar: si Leandro Portillo es el distinto, el diferente y el jugador mas valioso, Adriàn Carmagnola es definitivamente el alma y corazònde este conjunto, la mèdula donde se sostienen las reservas anìmicas para capear los temporales durante los partidos. Si Agustìn Di Domènico es quien se viste con la ropa de obrero (es uno de los que màs juega, pero justifica ese tiempo con mucha entrega y bajando rebotes vitales; los dos ùltimos, cuando parecìa que se avecinaba la noche en el tanteador, trajo tranquilidad y el reaseguro del triunfo), Sergio Piquin deja la sensaciòn que serà el que se vista de etiqueta en instancias decisivas, durante la segunda mitad del año. El resto, con vaivenes, son el complemento de los mencionados, al menos hasta el momento; se verà en toda la segunda fase y play offs quienes tomaràn protagonismo pleno y si los otros mantendràn su nivel actual. Por ahora, con esto, alcanza para estar en la cùspide de la clasificaciòn.
Que vendrà en el futuro inmediato, no se sabe, fue bueno ver al grupo unido, no decayendo cuando las cosas no salìan; en un año largo, si sucedieron situaciones incòmodas, mejor fue en este tiempo donde los rivales aùn no son tan exigentes; se tiene todo el tiempo para reencauzar los ànimos, devolver las estimas perdidas en algunos, y complementar las voluntades para reinstalarse como equipo temible. No en vano tècnicos rivales me han preguntado por Midland.
Se ganò, apenas por un doble, pero victoria al fin 54-52. Y lo que se viene, lo saben ellos solos. O quizàs otros lo saben, pero en momentos con susceptibilidades a flor de piel, quizàs es mejor dejar en stand by los offs de records.
Midland: Hernàn Adamoli (6), Juan Rosa (0), Sergio Piquin (12), Adrian Carmagnola (15), Agustin Di Domenico (4) F.I. Matias Lopez (0), Cristian Bernardo (0), Leandro Portillo (9), Gastòn Pàjaro (5), Cristian Guerra (1) DT: Adrian Quiroga
Parciales: 13-11, 21-27, 35-42, 52-54
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