Lo sabìan jugadores y tècnico, por eso se los vio tan felices en la medianoche de Florencio Varela: anoche se recibieron de equipo. Con todo lo que eso implica. Desde la banca y desde los que entraron al rectàngulo, se notò que esa charla donde se dijeron las cosas que debìan decirse es fundacional de acuerdo a lo futuro; porque como se dijo en el camino de regreso, se acabaron las palabras, y el que està subido a este barco debe jugar, simplemente eso. Y jugar implica poner como prioridad la camiseta Funebrera, no tener predilecciones a la hora de buscar los pases, y por sobre todo, no hacer muecas ni gestos de fastidio si entràs poco o nada. Ante Varela Juniors la mayor victoria fue esa, la de un candidato paseando su aureola de equipo granìtico por una cancha que no visitaba hace cuatro años, donde se habìa triunfado en condiciones cuasi similares que anoche. Un mal arranque, e ir remontando para pasar al frente sobre el final del cotejo. Esta vez la diferencia radicò en que el conjunto de Pato nunca permitiò un distanciamiento grande en el tanteador, y desde la mitad del tercer parcial ya se sabìa que contaba con todos los argumentos para no retirarse derrotado; eso si, con la certeza de que no serìa fàcil, porque este Varela Juniors es un equipo complicado, muy veloz (su paso por la C le imprimiò una velocidad distinta a por ejemplo Olimpo de Lanùs), con un base tremendo, rodeado de jòvenes vigorosos y un estilo de juego que si te agarra dormido te acuesta por toda la cuenta. Una marca en zona y salida ràpida de contra, que te obliga a estar atento durante los 40 minutos. Midland tiene tambièn jugadores de otra categorìa a la que estàn disputando, por eso ante esta clase de partidos, saben como resolver en la cancha y no desesperarse cuando la mano viene complicada; por eso mismo, vistièndose de fajina, construyò una de esas victorias que te marcan el buen camino, y si el objetivo de màxima se concreta, este paso por el sur bonaerense serà recordado como piedra angular.
No saliò gratis esta excursiòn: Herrnàn Adamoli sufriò una lesiòn en una de sus piernas, y se verà cuando regresa; justo en un momento donde se calzò el traje de armador y definidor de jugadas. La semana entrante, donde probablemente no participe, el equipo tiene dos cotejos difìciles en cuatro dìas: el mièrcoles en casa ante Banco Provincia y el domingo de visita ante Universidad de La Matanza. Descontado que la localìa debe mantenerse si o si, Matanza es uno de esos equipos que vencièndolo, se te abre muchìsimo el abanico no en la clasificaciòn (Midland no debiera tener inconvenientes de conseguir uno de los cuatro lugares), sino intentar apoderarse del 1 o 2, porque te permite llegar al play off decisivo con ventaja de localìa, definiendo un ascenso en Libertad. Despuès, el famoso cuadrangular final asoma como frutilla del postre.
Nuevamente Adriàn Carmagnola dejò estelas de su tremendo corazòn y calidad en tierras visitantes; el pùblico presente mostraba gestos de admiraciòn cuando lo veìan saltar y hacer esos movimientos llenos de plasticidad; tuvo una extraña deficiencia en la definiciòn bajo el aro (9 de 19 en dobles), pero aun asi, terminò con 23 puntos y la corroboraciòn de que en un quinteto inicial de la divisional, ningùn entrenador lo deja afuera del mismo. Entre ambos jugadores mencionados, tambièn està la recurrencia de nombrar a Agustìn como el responsable de aparecer cuando cada pelota es decisiva, y con sus robos, rebotes y esos cachetazos al balòn apenas toca el aro, le da a su equipo una tranquilidad enorme para armar jugadas en la llave contraria. Con este tridente definido en sus roles, el resto se acopla cada vez mejor, y si la semana pasada Adriàn Quiroga jugò asistiendo, anoche le tocò el rol de sacarlo de las casillas al base contrario, por eso,aunque eso lleva costos: a mitad del segundo cuarto tenia 4 personales. Si Sergio Piquin ante Olimpo fue el goleador, anoche resignò ese rol para hacerle marca a presiòn al conductor, quien en el primer tiempo enloqueciò con su juego a los muchachos funebreros. Piquin lo anulò, lo fastidiò, le cerrò los espacios, y en ese segundo tiempo solo metiò cuatro puntos, resintiendo notoriamente el goleo local.
Quien va siendo el que fue es Cristian Guerra, lo reconocen sus propios compañeros. De ese andar abùlico e intrascendente de gran parte de la primera fase, en esta segunda comienza a tomar protagonismo, robando balones, animàndose a la penetraciòn de la marca rival, y metiendo puntos importantes, como ese doble màs conversiòn de libre que puso al equipo al frente 65-63, faltando escaso minuto y medio, una jugada muy festejada, porque desde allì Midland se hizo definitivamente el dueño del partido, cerràndolo de manera soberbia, no permitiendo ningùn punto màs del Varela, plasmando una superioridad anìmica notoria entre ambos. Dos buenos equipos, pero uno con mayor bagaje, oficio y preparado desde la conducciòn tàctica para objetivos mayores. Eso si, Varela es un equipo muy respetable, bueno, y si no estàs concentrado, te puede ganar en tu casa; por eso, el triunfo se valora mucho mas. Tuvo la mala suerte en el fixture que sus dos primeros partidos de local fuesen ante los mejores de una zona competitiva como la Oeste, pero màs allà de lo que indique la tabla de posiciones, no està para nada fuera de carrera.
La salida de los jugadores fue la màs distendida que haya visto este año; sus rostros reflejaban alegrìa y satisfacciòn. Pero no fue solo por la victoria. Se los ve mas unicos, mas granìtico en la conformaciòn grupal, y desde esa charla donde se limaron resquemores y se apuntò a mirar solamente el horizonte, sin empantanarse en el reciente pasado, asoma un Midland poderoso, en franca lìnea ascendente, y por eso no cuesta avizorar un equipo que aùn no dio su mejor show.
Midland: Hernan Adamoli (11), Adriàn Quiroga (2), Sergio Piquin (7), Cristian Guerra (7), Agustin Di Domènico (10) F.I., Adriàn Carmagnola (23), Cristian Bernardo (2), Gastòn Pàjaro (3), Nahuel Pèrez (2), Juan Rosa (1). DT: Patricio Caris
Parciales: 13-13, 37-32, 51-50, 63-68
No saliò gratis esta excursiòn: Herrnàn Adamoli sufriò una lesiòn en una de sus piernas, y se verà cuando regresa; justo en un momento donde se calzò el traje de armador y definidor de jugadas. La semana entrante, donde probablemente no participe, el equipo tiene dos cotejos difìciles en cuatro dìas: el mièrcoles en casa ante Banco Provincia y el domingo de visita ante Universidad de La Matanza. Descontado que la localìa debe mantenerse si o si, Matanza es uno de esos equipos que vencièndolo, se te abre muchìsimo el abanico no en la clasificaciòn (Midland no debiera tener inconvenientes de conseguir uno de los cuatro lugares), sino intentar apoderarse del 1 o 2, porque te permite llegar al play off decisivo con ventaja de localìa, definiendo un ascenso en Libertad. Despuès, el famoso cuadrangular final asoma como frutilla del postre.
Nuevamente Adriàn Carmagnola dejò estelas de su tremendo corazòn y calidad en tierras visitantes; el pùblico presente mostraba gestos de admiraciòn cuando lo veìan saltar y hacer esos movimientos llenos de plasticidad; tuvo una extraña deficiencia en la definiciòn bajo el aro (9 de 19 en dobles), pero aun asi, terminò con 23 puntos y la corroboraciòn de que en un quinteto inicial de la divisional, ningùn entrenador lo deja afuera del mismo. Entre ambos jugadores mencionados, tambièn està la recurrencia de nombrar a Agustìn como el responsable de aparecer cuando cada pelota es decisiva, y con sus robos, rebotes y esos cachetazos al balòn apenas toca el aro, le da a su equipo una tranquilidad enorme para armar jugadas en la llave contraria. Con este tridente definido en sus roles, el resto se acopla cada vez mejor, y si la semana pasada Adriàn Quiroga jugò asistiendo, anoche le tocò el rol de sacarlo de las casillas al base contrario, por eso,aunque eso lleva costos: a mitad del segundo cuarto tenia 4 personales. Si Sergio Piquin ante Olimpo fue el goleador, anoche resignò ese rol para hacerle marca a presiòn al conductor, quien en el primer tiempo enloqueciò con su juego a los muchachos funebreros. Piquin lo anulò, lo fastidiò, le cerrò los espacios, y en ese segundo tiempo solo metiò cuatro puntos, resintiendo notoriamente el goleo local.
Quien va siendo el que fue es Cristian Guerra, lo reconocen sus propios compañeros. De ese andar abùlico e intrascendente de gran parte de la primera fase, en esta segunda comienza a tomar protagonismo, robando balones, animàndose a la penetraciòn de la marca rival, y metiendo puntos importantes, como ese doble màs conversiòn de libre que puso al equipo al frente 65-63, faltando escaso minuto y medio, una jugada muy festejada, porque desde allì Midland se hizo definitivamente el dueño del partido, cerràndolo de manera soberbia, no permitiendo ningùn punto màs del Varela, plasmando una superioridad anìmica notoria entre ambos. Dos buenos equipos, pero uno con mayor bagaje, oficio y preparado desde la conducciòn tàctica para objetivos mayores. Eso si, Varela es un equipo muy respetable, bueno, y si no estàs concentrado, te puede ganar en tu casa; por eso, el triunfo se valora mucho mas. Tuvo la mala suerte en el fixture que sus dos primeros partidos de local fuesen ante los mejores de una zona competitiva como la Oeste, pero màs allà de lo que indique la tabla de posiciones, no està para nada fuera de carrera.
La salida de los jugadores fue la màs distendida que haya visto este año; sus rostros reflejaban alegrìa y satisfacciòn. Pero no fue solo por la victoria. Se los ve mas unicos, mas granìtico en la conformaciòn grupal, y desde esa charla donde se limaron resquemores y se apuntò a mirar solamente el horizonte, sin empantanarse en el reciente pasado, asoma un Midland poderoso, en franca lìnea ascendente, y por eso no cuesta avizorar un equipo que aùn no dio su mejor show.
Midland: Hernan Adamoli (11), Adriàn Quiroga (2), Sergio Piquin (7), Cristian Guerra (7), Agustin Di Domènico (10) F.I., Adriàn Carmagnola (23), Cristian Bernardo (2), Gastòn Pàjaro (3), Nahuel Pèrez (2), Juan Rosa (1). DT: Patricio Caris
Parciales: 13-13, 37-32, 51-50, 63-68
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